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Realidad concreta vs realidad virtual, el tema central del proyecto de grado 2°

Establecer las diferencias que existen  entre la realidad concreta y la realidad virtual,  fue uno de los objetivos más importantes de  Cerebros Comelones Pensando Realidades, el proyecto desarrollado por los estudiantes del grado segundo de la Corporación Colegio San Bonifacio de las Lanzas.

“El propósito del proyecto fue generar conciencia en los estudiantes  sobre las  ventajas  y  desventajas de  la realidad virtual, todo encaminado para que lo niños  sean  capaces de tomar decisiones razonables y autónomas”, manifestó Cristian Castro, Director de Grupo del Grado 2°.

Dentro del proyecto,  hubo una figura que fue protagonista.  Se trató del  Zombie, pero no el Zombie de las películas, sino el Zombie entendido como aquella persona que es heterónoma, que siempre está dependiendo  de alguien más para su actuar y tomar decisiones,  y no logra independencia en su pensamiento y comportamiento.   

Tres espacios

El proyecto estuvo dividido en tres partes.  La primera, una carrera Zombi,  en la que los participantes   cumplieron  una serie de retos para humanizarse  y dejar de ser Zombis.  Contestaron preguntas como: ¿qué es un Zombi? o en ¿qué momento se han comportado como un Zombi? Al final de la actividad reflexionan, y dejan de ser  el Zombi que eran al principio.

La segunda,  un baile Zombie, ambientado y  dirigido con base  en lo que es un Zombi en la vida real. Ejemplo: las personas que mantienen pegadas al teléfono, que no toman decisiones de forma autónoma o que siempre están dependiendo de alguien más.  

El tercer espacio, fue el cognitivo, donde los niños crearon  un personaje  Zombi e  hicieron  una especia de campaña política, lo caracterizaron, hicieron  una propuesta de campaña bajo tres lineamientos: colegio, familia y medio ambiente.  De ahí surgieron dos proyectos dedicados a la conservación del medio ambiente: botellitas de amor, una iniciativa donde los estudiantes  realizaron recolección de botellas plásticas, para  después de la recolección ser llevadas a una planta de tratamiento donde se convertirán  en madera plástica,  que le da vivienda a personas de escasos recursos.

“Los estudiantes hicieron varias indagaciones sobre el medio ambiente: primero identificaron una problemática ambiental, e identificaron la cantidad de desechos plásticos que hay en nuestro entorno. Los niños investigaron ¿cómo reducir el impacto ambiental del plástico? Ellos se  preguntaron ¿qué podemos hacer?  Averiguaron que el plástico no se descompone y utilizaron una estrategia que ya existía   llamada llenando botellas,   los niños investigaron qué tipo de plástico podrían utilizar,   y cuál era el uso final”, señalo la docente Cindy Betancourt.

La otra iniciativa fueron las bombas de semillas,  semillas que eran  residuos en la casa, las cubrieron de arcilla, y realizaron  bolas,  cuando van de viaje, las tienen y así plantar árboles. 

“Propusieron plantar árboles y flores. Un niño trajo una idea maravillosa: él creía que no deberíamos  botar las semillas, y propuso hacer  bolas de semilla, una especia de  pastel para el medio ambiente, los niños las hicieron con tierra, arcilla y agua” recordó la docente Cindy Betancourt.

La voz de los niños

“A mí me gustó mucho este proyecto. Yo estuve en la carrera Zombie, apoyando a los invitados en los retos, para que se dieran cuenta que a veces los seres humanos actuamos como Zombis, pero es algo que podemos mejorar”, indicó Jesús Contecha, estudiante del grado 2°

¡Felicitaciones!

Autor: Coordinación de comunicaciones.
Edición web: Equipo de Gestión del Conocimiento.

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