La espectacular autodestrucción de un asteroide

Gault, un asteroide que mide unos cinco kilómetros, rota alrededor de sí mismo en solo dos horas, tan deprisa que se está autodestruyendo, como muestran dos chorros de polvo. La causa parece ser el efecto YORP.

Las dos colas de polvo de Gault, fotografiadas por el Hubble: la más larga mide unos 800.000 kilómetros, con un ancho de 4800, y debió de crearse tras una súbita y breve emisión de polvo hacia el 28 de octubre de 2018; la más corta mide unos 200.000, y su emisión se produjo el 30 de diciembre.

 

 

 

 

 

A principios de enero de 2019, el Telescopio Espacial Hubble investigó con mayor precisión el asteroide 6478 Gault; lo hizo para el proyecto ATLAS, que busca asteroides potencialmente peligrosos. Resultó que ese objeto desprendía una cola larga y estrecha. Poco tiempo después se hacía visible una segunda cola. Las nuevas imágenes tomadas por el Hubble muestran ahora dos colas de polvo muy bien definidas. Antes, no se había caracterizado Gault, que gira alrededor del Sol entre las órbitas de Marte y Júpiter, por ningún comportamiento especial. Se le calcula un tamaño de entre cuatro y nueve kilómetros; el valor más probable es de cinco.

Al principio, los astrónomos pensaban que Gault podía ser un cometa del cinturón principal, un tipo de objeto del que se conocen más de una docena de ejemplares en el cinturón de asteroides, entre Marte y Júpiter. Las investigaciones, sin embargo, demostraron que Gault no emite gases que puedan llevarse consigo el polvo hacia el espacio. Otra posibilidad era que hubiese sufrido una colisión con un objeto más pequeño del cinturón de asteroides y que por ella el material hubiese saliese disparado desde Gault. Colisiones así se han observado otras veces, pero en este caso no hay ningún indicio al respecto. Además, es sumamente improbable que se produjesen en tan poco tiempo dos colisiones y que cada una crease una cola.

La investigación de las colas muestra que están hechas de polvo y partículas más gruesas, y no contienen ningún gas. El calibre de las partículas va de las centésimas de milímetro a los centímetros. Pero ¿cómo se generaron? Jan T. Kleyna, del Instituto de Astronomía de Hawai, y sus colaboradores lo atribuyen al efecto YORP. Ese acrónimo se refiere a los astrónomos Yarkovsky, O’Keefe, Radzievskii y Paddack, y consiste en la aceleración de la rotación de un asteroide por la radiación solar. Un cuerpo celeste natural no tiene una superficie perfectamente homogénea, así que la radiación del Sol no se absorbe y reemite en forma de radiación térmica por igual en todos sus puntos. El calor se devuelve, pues, irregularmente, y de esa forma se puede ir formando un pequeño momento de fuerza o giro.

Aunque el efecto es ciertamente muy modesto, a lo largos de extensos lapsos de tiempo, de cientos de miles o de millones de años, puede conducir a un aumento del momento y una considerable aceleración de la rotación. Al final, el cuerpo rota tan deprisa que la fuerza centrífuga supera en el ecuador la débil fuerza atractiva del objeto celeste. Se desgaja entonces material de su superficie, que se pierde en el espacio para siempre jamás. Gault rota en solo dos horas, demasiado deprisa para su tamaño. El material de su superficie debe de haberse reconfigurado por ello y habrá habido corrimientos de tierras, pata finalmente salir disparado hacia el espacio en forma de cola. Este efecto YORP puede llegar a descomponer por completo un asteroide, en especial si es solo un cúmulo de cascotes poco consistente. como es el caso del asteroide Bennu. Así, a Gault debe considerársele un asteroide moribundo al que no le va a conceder ya mucho tiempo de vida.

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